Todo lo que debes saber de la Ley Orgánica de Protección de Datos

Todo el mundo ha escuchado hablar de la Ley de Protección de Datos (LOPD) en alguna ocasión, pero no por ello todas las personas tienen claro de qué va trata exactamente. Pues bien, esta Ley regula el uso correcto de los datos de carácter personal de terceros, a los cuales se hace referencia en ocasiones como “datos sensibles”.

La LOPD no interviene solo en el ámbito empresarial, si bien es cierto que no existe prácticamente ningún negocio que escape a su aplicación. Todas las empresas que manejen datos personales de terceros tienen que cumplir con lo establecido en esta normativa.

Al hablar de datos personales de terceros, se hace referencia a cualquier dato de este tipo que se pueda encontrar en un proceso de una empresa. Pueden ser datos de uso cotidiano o no, pero en todo caso su uso es más común de lo que parece. Ello ha llevado a la necesidad de regular esta cuestión. Todas las empresas deben cumplir con ella, acudiendo en caso de desconocimiento a un consultor LOPD.

¿Cómo implantar la LOPD en una empresa?

Implantar correctamente la LOPD en un negocio no es un simple trámite sin más. Esto supone toda una declaración de intenciones con los clientes, clientes potenciales, trabajadores, socios o cualquier otra persona cuyos datos personales se puedan tratar en el seno de la empresa.

En caso de que una empresa no cumpla con las exigencias de la LOPD, puede ser fuertemente sancionada. En cambio, si respeta esta Ley, el negocio resulta más competitivo. Pues bien, llegados a este punto conviene preguntarse acerca del funcionamiento de esta norma.

LOPD, art. 5: el deber de información a la hora de tratar datos personales

Existen algunos artículos de la LOPD que guardan una relación más estrecha con el desarrollo de las actividades que se pueden desempeñar en cualquier tipo de negocio. En este sentido cabe destacar su artículo 5, que versa sobre la gestión de información en la recogida de datos, o el principio de conocimiento o deber de información.

Es decir, se establece el deber de información a aquellas personas de las que se vaya a obtener algún dato de tipo personal, previo al tratamiento de dichos datos. Se trata de uno de los principios fundamentales de la LOPD, y se encuadra dentro de su título II.

Este principio es, a la vez que una obligación para los responsables de los tratamientos, un derecho de los titulares de los datos y, muchas veces, constituye la primera ayuda que tiene el ciudadano para poder ejercitar el resto de derechos que marca la Ley (Acceso, Rectificación, Cancelación y Oposición).