Los dos aspectos de la realidad británica que ha modificado el Brexit
El Reino Unido todavía puede estar dentro de la UE, pero su decisión de partir ya ha tenido consecuencias molestas de puertas hacia adentro.
Desde que Gran Bretaña votó por un margen estrecho para abandonar la Unión Europea, las cosas están avanzando. El artículo 50 fue invocado a finales de marzo y el secretario David Davis se sentó con el negociador jefe de la UE, Michel Barnier, la semana pasada. Pero el Brexit como tal ha comenzado a distorsionar al Reino Unido.
1. La unidad cede a la polarización
El Brexit ha dividido Gran Bretaña como nada anteriormente en su historia. Con un 51,9% en un lado y un 48,1%, las partes no se ponen de acuerdo. El Reino Unido está constituido de muchas partes integrantes, y preservar el acuerdo entre todos es muy difícil. La estabilidad entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda en virtud del Acuerdo del Viernes Santo es una "prioridad mayoritaria" para Bruselas durante las negociaciones.
E Incluso mientras Escocia disminuye su discurso de independencia, la perspectiva de otro referéndum vuelve como un fantasma. Mantener a todos felices podría ser imposible, y los choques estructurales de la unidad del Reino Unido pueden ser demasiado profundos para sanar en el corto plazo.
2. La reputación británica
Gran Bretaña, una de las principales economías de la UE por años, ha comenzado a sufrir en su imagen alrededor del mundo. A pesar de la polarización en torno al Brexit la mayoría ganó, y eso hace que la gente más o menos informada, en realidad no importa, piense que Reino Unido está en contra de la unidad y el progreso. Los británicos han comenzado a ser vistos como egoístas y necios. Y a ello se suma el hecho de que la política doméstica vive sus horas más bajas. Poca credibilidad y desorganización son las impresiones que salen desde Londres.
