El acuerdo PSE-PNV agita la política nacional

En el PP existe división de opiniones. Por un lado, están los que piensan que este acuerdo “podría flexibilizar” la posición de los nacionalistas vascos respecto a los próximos PGE para dejar al margen al PSOE. Sin embargo, la dirección nacional pone en cuarentena esta interpretación después de que Ferraz admitiera que no ha participado en las negociaciones. El PNV asegura que el acuerdo con el PSE en Euskadi y los presupuestos "son independientes"

El acuerdo PSE-PNV agita la política nacional

Los nacionalistas vascos recuperan un papel protagonista en la política nacional. Su acuerdo con el PSE en el País Vasco lo devuelve al tablero central de las negociaciones. Después de su negativa a participar en la investidura de Mariano Rajoy, ahora podría convertirse en un actor fundamental durante las negociaciones para aprobar los Presupuestos Generales del Estado para 2017. De hecho, en el Partido Popular ya han dado prioridad a estas conversaciones, aunque aún no tienen claro que este acuerdo con los socialistas vascos vaya a hacer más fáciles las negociaciones económicas



Una de las primeras lecturas políticas que se ha hecho de este acuerdo es que probablemente tenga repercusión en las negociaciones sobre los presupuestos. Los ‘populares’ se han quedado fuera del pacto en Euskadi, pero podrían verse beneficiados del mismo, si esto finalmente supone que los nacionalistas vascos permitan que los socialistas se queden al margen de las negociaciones en los presupuestos y se muestren más flexibles de cara a la aprobación de los presupuestos, que tendrán que incluir un recorte de 5.500 millones. Hay parlamentarios ‘populares’ que este lunes veían este escenario, por el momento, hipotético, como “muy posible”.



Un optimismo que, sin embargo, no impera en un nivel superior. “Si la Gestora no ha participado en este pacto, no podemos pensar que entre ambos partidos se haya producido un acuerdo de esa naturaleza”, advierte un miembro de la dirección, en referencia al comunicado hecho por la propia Gestora del PSOE, en el que se alegraba del acuerdo, pero admitía que no podían hacer ninguna valoración más profunda puesto que desconocían el fondo. Es decir, la actual dirección socialista ha admitido públicamente que no ha orquestado estas negociaciones. Una advertencia que a la dirección del Partido Popular le hace dudar de que en ese acuerdo vaya implícito nada que tenga que ver con la esfera nacional.



De hecho, Idioa Mendia, secretaria general de los socialistas vascos, no ha ocultado en ningún momento su desacuerdo con la actual gestora, ni con la decisión de su partido de liquidar a Pedro Sánchez. Mendia, una ‘sanchista’ declarada, ha cerrado con los nacionalistas vascos un acuerdo que probablemente incendie aún más el PSOE. Ya ha recibido la felicitación y el apoyo público del exsecretario general, pero es evidente que no todos los socialistas van a celebrar el texto definitivo del acuerdo en el que se habla de medidas de importante calado político como “el acercamiento de presos” y una reforma del Estatuto vasco en ocho meses para reconocer a “Euskadi como nación”.






En contra de la opinión mostrada por Sánchez, se ha manifestado Nicolás Redondo, secretario general de los socialistas vascos entre 1997 y 2002, que ha asegurado no entender “la doble vara de medir” de sus compañeros que “se opusieron a un acuerdo con el PP, pero sí tienden la mano a los nacionalistas vascos”. De hecho, no hace muchos meses que Sánchez tildaba al PNV de “socio natural” del PP, para desmarcarse de las negociaciones de investidura y mostrar al PP otro camino que no fuera la abstención del PSOE. Sin embargo, la historia le contradice. Esta es la cuarta vez que los socialistas y los nacionalistas vascos compartirán gobierno en Euskadi.



Los ‘populares’, que comparten espectro ideológico con el PNV, al menos en la esfera económica, razonan este poco ‘feeling’ histórico con los nacionalistas vascos en torno a dos ideas principalmente. Por un lado, el PP no logra hacer sombra al PNV en Euskadi. “El espacio de los nacionalistas vascos es impenetrable”. Y por otro lado, con el “PSE es más fácil llegar a ciertos acuerdos”. Las fuentes ‘populares’ consultadas se refieren a la reforma de la Constitución. Este lunes, fuentes de la dirección nacional ya advertían de que ellos no pasarán ni por el aro de acercar presos de ETA, ni por el del derecho a decidir.



El PP insiste en la defensa de la unidad de España



En concreto, el acuerdo cerrado por el PSE y el PNV plantea un desarrollo de la autonomía vasca en dos fases, la primera con la transferencia de las competencias pendientes del Estatuto de 1979 (entre ellas Seguridad Social, Prisiones y prestaciones de desempleo) y la segunda con un “texto articulado” de superación de ese marco con “el reconocimiento de Euskadi como nación” pero dentro de la legalidad constitucional. Los dos partidos apuestan también por impulsar una reforma constitucional que garantice el autogobierno vasco, que proteja e incluso blinde el autogobierno frente a lo que el PNV y el PSE creen que se ha producido con algunas leyes orgánicas y con los sucesivos recursos del estado de leyes vascas que afectan a competencias exclusivas.



El vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, ha asegurado este lunes en la rueda de prensa posterior al Comité de Dirección presidido por Mariano Rajoy que los 'populares' serán "constructivos" en su oposición y al mismo tiempo "exigentes" a la hora de cumplir con sus compromisos y defender la unidad de España. No se ha querido pronunciar sobre el hecho de que este acuerdo vaya a influir en la negociación presupuestaria, pero sí ha pedido a todos los grupos parlamentarios que no digan “no” a unos presupuestos que todavía no se conocen.



Aunque ya parece evidente que los ‘populares’ podrían tener algún problema con Ciudadanos -declarados enemigos ‘número uno’ del cupo vasco- si las negociaciones con los nacionalistas vascos culminan en un acuerdo que con toda probabilidad será positivo, al menos económicamente, para los vascos. Una complicación que sin duda impide que el Partido Popular pueda prescindir de negociar las próximas cuentas, principalmente, con los socialistas, que, por el momento, han vuelto a recurrir a su "no es no".