La estilista de Cámbiame confiesa desnuda que le gustaría tener pene

No le gusta pasar desapercibida y por eso no se ha conformado con ser la chica de portada de Interviú, "me hace ilusión el calendario por estar un año colgada en la pared. Una portada es demasiado efímera y, ya que me expongo, que sea a lo grande. Me hace gracia poner a la gente, me gusta que me miren. A mí me han educado para pasar desapercibida pero ni soy ni quiero ser discreta".

Así es como se define Cristina Rodríguez, la estilista de Cámbiame, que asegura que "desde el día que se anunció que yo protagonizaba el calendario y se vio la foto de la portada, todos me han felicitado, mi chico me ha dicho que tengo un culazo; mis padres, que van a comprar dos, uno para su casa y otro para la finca…" y reconoce que "no tengo un cuerpazo porque tengo 47 años y nunca he hecho deporte pero no tengo miedo. Me gustaría que la gente dijera: ¡Qué huevos tiene!”. 

Cristina confiesa en la entrevista que le hace la revista que "de pequeña quería ser actriz o diseñadora, no tenía dudas, así que me acerco bastante a la mujer que quería ser. Y para conseguirlo sabía que no podía quedarme en Benidorm, tenía que volar", así como que "mis padres eran muy pobres. Montaron una tienda de ropa y para abrirla mi madre y mi tía confeccionaron cien vestidos de mujer. Yo me he criado ahí, he hecho los deberes en la trastienda, con los retales hacía vestidos a las muñecas… Y con 14 años empecé a hacerme mi ropa: con un mantel, un vestido; con un saco de patatas, retales para los vaqueros que yo me rompía".

De su juventud recuerda que "no era de las populares en el instituto y bailaba en el pódium de la discoteca Penélope pero nunca he bebido, ni he fumado, ni he probado drogas. He sido muy empollona, superdisciplinada, sacaba notazas pero luego tenía un mundo interior, era un poco friki o nerd cuando eso ni existía".

Tampoco parece haber tenido mucho éxito a la hora de encontrar pareja, "no he sido muy ligona, era tan rara y explosiva que los chicos pensaban que era de otro mundo", aunque precisa que "yo sé lo que quiero y cuando un tío me gusta no me ando con rodeos. No suspiro por los hombres. Si le invito a tomar algo y me pone excusas, sé que significa que no, soy muy realista". 

Pese a ello ahora, y después de casarse a los 24 años y divorciarse a los 30, sí tiene pareja y por ello dice que "creo que es la mejor etapa de toda mi vida y que estoy donde quería estar. Yo no fui muy feliz hasta los 30, vivía en una continua búsqueda, no terminaba de encontrarme. Profesionalmente me costó todo mucho y a partir de los 30 todo empezó a fluir, me vine a Madrid y mira que me siento muy catalana. Me divorcié…

De sus raíces catalanas asegura que "el resto de españoles no hemos tratado bien a los catalanes, no hemos entendido su sentimiento", y sobre el sentimiento independentista indica que lo entiende "en parte". Se define como "de izquierdas y capitalista y ni siquiera sé si estoy cerca de algún partido porque me decepcionan, son incoherentes", por lo que no duda en precisar que "yo pondría a Amancio Ortega de presidente o ministro de Economía. Quiero gente que no le interese robar porque ya tiene o porque tiene moral, no hambre de poder".

Su último logro ha sido el de haber hecho el diseño de vestuario de dos películas ('No le culpes al karma de lo que te pasa por gilipollas' y 'Tarde para la ira'), por los que podría estar otra vez nominada para los Goya (ya lo ha estado en tres ocasiones más), aunque precisa que "creo que me lo tenían que haber dado por 'Tres bodas de más', porque aporté mucho al guión, y sí, quiero un Goya. Lo he soñado desde que estudiaba".

De Cámbiame destaca que "me encanta la tele y me encanta hacer un programa que ayuda a la gente, siento que estoy haciendo algo importante. Me gusta mucho escuchar", y recuerda que "Jorge Javier Vázquez me dijo que si quieres gustar a todo el mundo no hagas televisión. Me veo y espero hacer otros formatos,. Fíjate, me gustaría presentar Hermano mayor".

A la estilista no le importa hablar de su vida íntima, "mi novio dice que amo como una adolescente", donde se define como "supersexual. Sí, soy activa en la vida… Me gustan los tíos. Por cierto, nunca me ha tirado los tejos una chica, me encanta ser mujer y no envidio en nada a los hombres pero siempre digo: ¿por qué no tendré pene? Todo sería más fácil". Su explicación es sencilla, "yo tengo una sexualidad muy complicada porque soy absolutamente cerebral: o me estimulas el cerebro o nada. Nunca he tenido relaciones sexuales callada y con pene no tendría que contar historias. Todo el rato cuento historias.