La exnovia de Adrián Rodríguez luce desnuda sus tatuajes

Aunque ahora la paran por la calle porque saben de ella por sus tatuajes, lo cierto es que Mireia Pairó se dio a conocer al gran público gracias a su relación amorosa con Adrián Rodríguez, uno de los protagonistas de 'El Chiringuito de Pepe'.

Esta catalana, modelo alternativa, técnica veterinaria y alérgica al cotilleo, se declara adicta al comer, "no soy la típica esquelética, a mí me gustan las curvas y no puedo pasar tres horas sin comer”, y que sus seguidores, más de 141.000 en Instagram, la quieren por sus tatuajes y su cuerpazo.

Precisa que antes de conocer al actor "yo ya salía en muchos sitios. Lo que pasa es que a la gente le gusta mucho la prensa del corazón y me buscaban por puro cotilleo", así como que esa relación no ha influido mucho en su vida, "por estar con alguien conocido no me ha salido más trabajo". 

Mireia recuerda que "desde los 16 años me hago fotos, hice tres portadas de la revista Edén y Playboy", y que lo del gusto por los tatuajes, que comenzó a los 14 años, fue lo que le ha dado más fama, "empecé a ser conocida en el mundo de las publicaciones de tatuajes. Ahí fue cuando mi nombre empezó a sonar fuera de España".

La portada de Interviú esta semana se define como "una modelo alternativa que quiere triunfar en le mundo del modelaje de tatuaje", y subraya al respecto que "fuera de España hay muchas modelos tatuadas conocidas, pero las guapas aquí no se atreven con la tinta, creen que les cerrará puertas". 

El tatuaje que más le gustas es "el Femme Fatale que tengo tatuado en la tripa. Me fascinan las mujeres que usan su imagen para conseguir lo que quieren", pero también los de los animales, "llevo en el muslo el nombre de mi perra porque los perros son lo más importante para mí, de hecho soy técnico veterinario por ellos". 

La modelo afirma que "soy sexy, pero hay que aceptarse tal y como eres, y ser sexy no tiene nada que ver con ser o no guapo. Tiene que ver con tener ese algo especial". Sobre la fórmula de su éxito en las redes sociales, donde tiene 140.000 seguidores en Instagram, destaca que "hay que intentar ser un poco diferente, ser constante actualizando; muy a mi pesar, tienes que hablar de tu vida. Cuanto más lo hagas, más les gusta y más te miran. Cuanto más expongas tu vida y des pie al debate, más les gustas".

Lo que no haría sería quedar con ninguno de sus seguidores en una cita a ciegas porque "a ver quién se me va a presentar, que hay mucho loco suelto por ahí". Llegados a ese punto confiesa que le han pedido cosas muy particulares, "me dicen que quieren ser mis sumisos, o que les mande fotos de mis pies. Yo los leo y flipo. Hubo uno que me pidió que me gastara su tarjeta de crédito. Ahora ya nada me sorprende, pero al principio flipaba".

Tampoco se grabaría practicando sexo con ningún seguidor, "si me grabo con una pareja, es porque confío cien por cien en esa persona y sé que tampoco se va a perjudicar a sí mismo compartiendo eso. No me grabaría con alguien que no conozco", aunque puntualiza que "creo que no me asusta casi nada. Bueno, una cosa si me aterra: el paso del tiempo".