El flyer como herramienta clave de marketing

Se ha convertido en uno de los recursos publicitarios más eficaces por su reducido tamaño, alcance y versatilidad. Además, puede adaptarse a una gran variedad de sectores y público objetivo

El flyer como herramienta clave de marketing

El creciente número de soportes promocionales conlleva que, inevitablemente, tengamos que elegir cuáles son los que mejor se adaptan a nuestro propósito comercial. En todos los casos, el fin debe ser ofrecer información sobre nuestros productos o servicios de forma que se cree una respuesta positiva en el receptor y éste se convierta en cliente.



Uno de los recursos publicitarios más eficaces es el flyer: por su reducido tamaño, alcance y versatilidad, puede adaptarse a infinidad de sectores y público objetivo. Sin embargo, ¿cómo podemos evitar que esa herramienta de comunicación en la que hemos invertido tiempo y dinero acabe en la basura sin haber tenido la repercusión esperada?¿Cuáles son las claves para desarrollar una campaña eficaz basada en la impresión de flyers?



En primer lugar, es imprescindible que cuidemos el diseño. Este debe ir acorde con la imagen de marca que mostramos en todos los medios; si ésta no se ha definido aún, el flyer puede servir de punto de partida en este sentido. La elección de la paleta de colores, las imágenes corporativas, las tipografías y el mensaje que queremos difundir pueden extrapolarse a otros soportes, de modo que la impresión que transmitimos a los clientes sea de solidez y coherencia



Por otra parte, de nada sirve que elijamos un diseño muy atractivo si el mensaje que lo acompaña resulta aburrido, inoportuno, no va acorde con el público al que deseamos llegar o presenta faltas de ortografía y errores de redacción; un mensaje mal enfocado o redactado puede menoscabar nuestra imagen notablemente. También debemos decidir por qué canales de distribución optar, es decir, si vamos a entregar los flyers en mano o si vamos a realizar campañas de buzoneo, por ejemplo. En este caso, es fundamental que la cantidad de folletos que encarguemos vaya en consonancia con la zona que queremos abarcar o el número de personas al que queremos llegar, así como cerciorarnos de que se distribuyen como lo pretendemos y no acaban tirados por la calle o los portales masivamente, lo cual también repercute en el deterioro de nuestra imagen.



Otro aspecto importante es que, salvo que busquemos promocionar un producto o servicio puntual, las campañas publicitarias con flyers requieren cierta constancia. Esto es, de poco sirve que inundemos una zona con nuestros flyers si dicha acción no se repite en el tiempo. Se debe aspirar a llegar al máximo número posible de clientes potenciales, algo que rara vez se logra en una primera campaña. Además, la recepción habitual de folletos ayuda a consolidar la imagen de marca, de modo que el público llega a percibirla como algo familiar y a esperar publicidad por nuestra parte con determinada periodicidad.



Por último, con los flyers es relativamente sencillo hacer un seguimiento del éxito de las campañas. Hay determinados indicadores clave que se pueden analizar, como el servicio más contratado o el producto más vendido, la procedencia de los clientes o el número de ellos que acudió a tu empresa a raíz de la promoción, entre otros. Asimismo, si se incluye un código QR que conduzca a un sitio web donde se pueda acceder a una oferta o promoción, es posible medir y analizar el tráfico de dicho sitio web.



En definitiva, el flyer es un viejo conocido que, pese a su ubicuidad y largo recorrido en el ámbito de la publicidad, sigue gozando de una excelente salud en el ámbito del marketing. Aun cuando el auge de los soportes digitales es evidente, los magníficos resultados que continúa ofreciendo hoy día constituyen todo un incentivo para probar con ellos o mantenerlos como recurso de éxito.