Sobre el misterio escondido tras las paredes de ‘Tirso de Molina’

La estación de metro fue construida a mediados del siglo XX  bajo un terreno que albergó hasta 1834 el convento de la Merced

Sobre el misterio escondido tras las paredes de ‘Tirso de Molina’

Construir bajo tierra puede traer consigo muchas anécdotas. Ninguna en Madrid tan misteriosa como la que se produjo durante la construcción de la Línea 1 de metro, bajo la plaza de Tirso de Molina. El 2 de Septiembre de 1920 un periodista recogió la noticia del hallazgo de “más de 200 restos humanos”. Frailes que habían sido enterrados en el convento de la Merced. Un edificio que ocupó hasta 1836 la plaza bajo la que se asienta la estación.



La historia se remonta al 4 de Agosto de 1564, fecha en la que se concedió la licencia para la construcción de un convento e iglesia de mercedarios descalzos en Madrid. La obra se realizó a lo largo de 200 años. Entre sus paredes vivieron cientos de religiosos, uno de ellos el fray y reconocido escritor Gabriel Téllez, más conocido como Tirso de Molina.



El convento fue derribado con la desamortización de Mendizábal en 1836. En su lugar se abrió una plaza que se denominó 'Del Progreso', hoy conocida como 'Tirso de Molina' en honor  a Téllez. Casi un  siglo después fue cuando se construyó bajo esta plaza la conocida estación, la cual fue inaugurada en 1921.



Durante las primeras excavaciones de la Línea 1, los obreros descubrieron numerosos nichos en las paredes que perforaron y  fosas con esqueletos. Las inscripciones estaban en latín. Se trataba de restos sepultados de los frailes que en su día habitaron el convento. En España era una costumbre enterrara  estos en la iglesia y claustros del convento.



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Ante el hallazgo, poco pudieron hacer las autoridades que dieron la orden de recoger las lápidas, estaban destrozadas. Fue de ese modo cómo finalmente optaron por dejar los restos humanos  tras los muros de los andenes de la estación, a escasos  metros de todas las personas que transitan cada esta línea de metro.



Leyenda urbana



tirso de molina 2Este hecho trajo consigo numerosas historias relacionadas con ‘el más allá’, que verdaderas o no, han sido contadas a lo largo del tiempo y ya forman parte de la historia de Madrid.



Cuenta la leyenda que una joven, en una madrugada, se subió al último tren en la estación de Tirso de Molina. En el vagón, sólo iban tres personas además de ella.  Dos hombres y una mujer que no le quitaba ojo a la chica. En la siguiente parada se subió un hombre que se sentó al lado de la joven y se percató de la situación. Advirtió mediante un susurro a la chica que agachara la cabeza, que no hablase y que se bajase con él en la siguiente parada. Ella aterrorizada, le hizo caso. Una vez en el andén, el hombre le explicó que era ‘medium’ y que “la mujer del vagón estaba muerta y los dos hombres que la acompañaban la sostenían”.