Musulmanes ceutíes quieren cambiar el festivo del Año Nuevo por el Ramadán

El partido Movimiento por la Dignididad y la Ciudadanía propone cambiar el calendario de festivos para 2017. Su idea es suprimir el día festivo del 2 de enero por el 25 de junio, fecha en que finaliza el ayuno musulmán

Musulmanes ceutíes quieren cambiar el festivo del Año Nuevo por el Ramadán

En plena crisis de islamofobia en Europa, el partido ceutí ‘Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía de Ceuta’ ha propuesto intercambiar la festividad de Año Nuevo por la finalización del Ramadán, fiesta de carácter musulmán. Según la formación política, la idea surge desde la necesidad que tiene la ciudad autónoma de adaptarse a su propia realidad social.

“Es un hecho que el día siguiente al fin del mes del ayuno esta ciudad está paralizada”, comentó Fátima Hamed el pasado mes de julio. El ruido mediático que produjo la noticia fue mínimo debido al mes en el que se realizó. De hecho, la derogación de la propuesta pasó igual o, incluso más, inadvertida que el anuncio de la misma.

El 26 de julio, la Mesa Rectora del Pleno de la Ciudad de Ceuta decidió no incluir el calendario de festivos diseñado por Hamed. La líder de la formación lamentó que su idea fuera repudiada “sin razón de peso”. Es más, culpó de todo lo sucedido a las “malas tretas políticas”. Por su parte, Juan Jesús Vivas, alcalde y presidente de Ceuta, alegó que los grupos de la oposición no tenían potestad para presentar ninguna propuesta de calendario laboral.

El argumento esgrimido por el primer edil no convenció a Hamed y recordó que su propuesta fue registrada previamente (el 11 de julio) sin que ningún organismo dijera que estaba incurriendo en alguna ilegalidad. “Algunos tenían claro que había que boicotear esta propuesta y no han dudado en utilizar cualquier burdo argumento”, esgrimió.

Una líder carismática

Pero el enfrentamiento no se quedó ahí. La siempre combativa líder del MDyC preguntó a la secretaria general de la Mesa Rectora en cada una de las propuestas presentadas por el resto de partidos políticos si estas iban acompañadas de informe jurídico y dictamen de la Comisión. Esta insistencia en requerir dichos documentos tenía su fundamento. Antes, la Mesa Rectora había tumbado su calendario laboral porque carecía de informe jurídico. “No han dudado en utilizar un informe a medida de la Secretaría General, para hacer bueno eso de quien hizo la ley hizo la trampa”, apostilló.

A pesar de los impedimentos del Gobierno de Vivas, la portavoz localista no ha cesado en su lucha por incluir el final del Ramadán como festivo. De hecho, califica como “patrimonio de todos los ceutíes” la festividad posterior al Ramadán y denuncia que debería de ser reconocido.

De todos modos, no es la primera vez que se pone sobre la mesa la posibilidad de que la festividad musulmana pudiera ser incluida en el calendario laboral. De hecho, ya en 2015, la propuesta estuvo cerca de salir adelante, pero al final en octubre, mes en el que se publicaron los días festivos de 2016, el final de Ramadán no fue elegido entre los mismos.

La polémica y la problemática no radica tanto en la inclusión del 25 de junio como día libre, sino en la exclusión del 2 de enero (este año el 1 de enero cae en domingo y la festividad es trasladada al lunes 2). El tratarse de una fecha vinculada con la Navidad y por lo tanto con el cristianismo es el principal escollo a salvar para MCyD. No es tan fácil realizar un cambio tan drástico, aunque la población ceutí sea en su gran mayoría musulmana. La presión mediática tendría unas dimensiones nacionales a pesar de tratarse de un tema local y más con un gobierno del Partido Popular en el poder.