Ni la presión internacional ni la de la industria harán que aumente el gasto en defensa

Conseguir el 2% del PIB en Defensa y una ley presupuestaria a largo plazo son las propuestas que el sector renueva de cara a una nueva legislatura. La nueva ministra ya ha dicho que es pronto para valorar un incremento de la inversión en defensa, pese a las presiones de la OTAN y EEUU

Ni la presión internacional ni la de la industria harán que aumente el gasto en defensa

La nueva legislatura comienza con perspectivas poco halagüeñas para el sector de la defensa, que prevé que sus recurrentes reivindicaciones de conseguir un aumento del gasto en ese capítulo de los presupuestos o una ley para conseguir una financiación y programación de las compras desde el Ministerio sigan siendo eso, reivindicaciones.



Las presiones por parte del nuevo presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y del saliente, Barack Obama, que acaba de hacer que la canciller alemana Angela Merkel se comprometa a un aumento en este capítulo, no parecen tener un impacto directo en la nueva ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, que considera que es “pronto” para hacer esa valoración y lo fía todo a los presupuestos que hay que encajar con Europa. En cualquier caso, será el nuevo secretario de Estado de Defensa, Agustín Conde -que presidió la Comisión de Defensa y tiene formación relacionada con Defensa- quien se encargue de elaborar esos presupuestos. 



En cualquier caso, el sector en España hace un análisis contundente. “Ha llegado el momento de las decisiones”, ha sentenciado el presidente de la Asociación Española de Tecnologías de Defensa, Aeronáutica y Espacio (TEDAE), Adolfo Menéndez, en una jornada en el Instituto de la Ingeniería en España. “Esperemos que las decisiones que se toman son las buenas y que estemos preparados para hacer una política de defensa disuasoria pertinente, apoyada por una industria. El mundo no va a parar para que nos acoplemos”, ha sentenciado.



El aumento del gasto en defensa es un aspecto complicado de explicar ante la opinión pública, por eso es difícil (políticamente) alcanzar ese 2% del PIB en los presupuestos, según apuntan varias fuentes del sector. Aunque, en realidad, se termina consignando un gasto mayor a través de los Programas Especiales de Defensa (PEAs) y las Operaciones de Mantenimiento de la Paz, para las que se presupuesta un 2% de la cantidad que se termina gastando, según ha explicado el profesor de Economía Aplicada de la Universidad Complutense, Antonio Fonfría, en ese mismo foro.



En estos momentos, tenemos un gasto presupuestado del 0,56% y un gasto real cercano al 1%, lo que supone que estamos en un 5.700 millones, según Fonfría, pero “¿cómo se explica pasar de ahí a los 16.000 millones que supondría llegar al 2% del PIB?”, se ha preguntado. En cualquier, caso hay que aumentarlo, si no "nos vamos a convertir en un estado gorrón", ha dicho, coloquialmente, el profesor. 



La nueva composición del Congreso y del Senado supone un reto y, a la vez, una oportunidad de revertir el “capital reputacional” que el sector tiene “a la contra” y, por eso, consideran necesario generar un debate que lleve “a un consenso nacional de sentido común para que el Parlamento hable de esto con rigor”, ha dicho el presidente de TEDAE.



“Claridad, celeridad y continuidad”



El incremento del gasto no es el único factor clave. La reivindicación de conseguir una ley presupuestaria que planifique la financiación en defensa a medio y largo plazo, que también ha realizado el actual Jefe de Estado Mayor de la Defensa, el almirante general Fernando García Sánchez, es otro aspecto clave.



Pero también una planificación de lo que se necesita realmente. La crisis presupuestaria y el progresivo descenso del gasto en el ramo ha provocado que la política de compras del Ministerio de Defensa no haya sido muy acertada, según ha explicado el ingeniero industrial, José Vicente Cebrián, ingeniero industrial, vocal del Comité de Tecnologías para la Defensa del IIE. “Ante la situación presupuestaria, compraron lo que estaba en la lista y no lo que era necesario. Y lo hemos dejado para los presupuestos de 2017”, ha indicado refiriéndose a datos ofrecidos por Defensa. “Existe una larga lista de compras, se puede evaluar en unos 2.000 millones”, ha calculado.



Por todo ello, la industria de defensa necesita “claridad, celeridad y continuidad”, ha sentenciado el presidente de TEDAE. Claridad, en el panorama de una industria y unos plazos para saber dónde vamos; celeridad, que no implica improvisación, sino pensar bien y rápido y continuidad”. “Es absolutamente vital, tanto por la parte industrial y empresarial como por la parte de defensa”.