"A los políticos les ponemos nosotros, y si vuelven los mismos es porque nos lo merecemos"

Después de ser 'chica Almodóvar' en 'Julieta', la actriz ha dado vida a la madre del personaje que interpreta Aitor Luna en 'La catedral del mar' y ya ha comenzado a preparar una obra teatral con Andrés Lima

"A los políticos les ponemos nosotros, y si vuelven los mismos es porque nos lo merecemos"

-¿Cómo fue para usted el rodaje de 'La catedral del mar'?

-Era un personaje de una intensidad brutal, pero con pocas sesiones, por lo que, como siempre, tenía que ir a por todas, pero era consciente de que era una producción ambiciosa y que había que ir muy deprisa, pero de todas formas es un reto para una actriz, donde se ve si estamos entrenadas o no. 

-¿Notó realmente que era una producción ambiciosa?

-La verdad es que no he estado muy pendiente de presupuestos y audiencias, porque los actores no podemos estar pendientes de ello porque nos despistamos de nuestro trabajo, pero sí se notó en que ha habido muchos más exteriores y que había más presión externa y que no estás solo, que hay un gran trabajo de equipo.

-¿Cómo lleva eso de ser madre?

-Es curioso porque cada vez me está tocando más lo de ser madre y tengo ya mis propios ataques de melancolía, pero toda esa generosidad que tenía mi personaje, porque sacrifica todo porque su hijo esté bien, no sé si yo la tengo. El tema de la edad ya no me puede preocupar y ha sido un gustazo coger el papel de una mujer más joven. Ojalá pueda hacerme no ya las madres sino todas las abuelas de la ficción española. Lo más hermoso de esta historia es la pelea por la libertad, la de un niño que nace siervo en la peor época de nuestra historia que lucha por ella. 

-Habla de la peor época de nuestra historia. Debe ser de las pocas personas que cree en este país que nunca se había vivido tan mal como ahora...

-Hace poco vimos en un programa de Salvados que todavía hay mujeres en el Congo que cuando son violadas son repudiadas por sus hijos, maridos y padres y la sociedad. Esto está pasando en África ahora y pasaba aquí hace unos cuantos siglos, por lo que no hemos avanzado mucho. Viendo mi papel pensé que qué triste que una mujer tenga que dedicarse a la prostitución porque la hayan violado el día de su boda, por el derecho de pernada. Hay tradiciones que todavía existen en otros países, por lo que creo que no está mal que lo contemos, que aunque estamos contando un cuentito no queda tan lejos.

-Ha trabajado en series de época como 'Hispania', 'Carlos V' y ahora 'La catedral', parece que la tienen encasillada en papeles de época...

-La verdad es que antes no pasaba tanto, pero yo feliz. Eso sí, el año pasado he hecho una película en la época actual, una joven en Barcelona, drogadicta, que no era madre. Afortunadamente alguien ha pensado que soy camaleónica, lo que hace que toque palos muy distintos en la ficción, y ojalá dure mucho. 

-¿Está notando lo de ser 'chica Almodóvar'?

-De momento no, pero sí he notado que de alguna manera he participado en una película que todo el mundo la ve, que se comenta en todas partes, porque la repercusión que tiene una película de Pedro no la tienen otras. A parte del placer de rodar con él, porque es un honor que un director así venga a verte al teatro y te haga una prueba y te coja es una inyección de entusiasmo, eso no te garantiza nada, porque a veces no sabemos si vamos a trabajar el mes que viene. Somos mucha gente implicada en la ficción. Ni que te den un Goya ni que te llame Pedro Almodóvar te garantiza nada.

-¿Pero al menos entonces se considera una mejor actriz cuando pasa algo como lo de Almodóvar?

-Al contrario. He empezado a ensayar teatro con Andrés Lima, con el que he hecho unas 15 obras, y siempre pienso que no voy a ser capaz. En este oficio siempre crees que tienes que empezar de cero, hay que reinventarse en cada papel, y además creo que eso es sano. 

-Lo que sí parece es que con salir en TV basta para trabajar hoy en día en el teatro...

-Con salir en TV no sirve para hacer teatro, estamos viviendo un momento complicado. Victoria Abril no hacía teatro, no para ser actor hay que hacer teatro pero para hacerlo sí que hay que ser actor. No basta con tener una cara para hacer determinadas cosas.En el teatro es donde más libertad tenemos, en TV nos controlan mucho todo, no eres libre. En el cine, el director es que el que hace el montaje final, pero en teatro, una vez que sube el telón lo controlas tú, por mucho que el director pueda venir a regañarte al final de la función. 

-¿Le gusta la TV que se hace hoy en día?

-A mí me gustaría que hubiera un poquito más de tiempo para hacerla, que se pudiera profundizar un poco más. Se está imponiendo la presión de las cadenas, y eso creo que tiene que ver con la era digital y las redes sociales.

-Al menos no echa la culpa a los políticos

-A los políticos les ponemos nosotros, y si vuelven los mismos es porque nosotros nos lo merecemos. No se puede creer que pasen ciertas cosas a estas alturas . Hemos perdido la capacidad de desear un cambio real. Yo pertenezco a una generación donde nos lo han dado todo, los capitalistas felices, y ahora empiezo a darme cuenta de que no, que esto no era lo que yo pensaba. Me ha tocado mover el ratón cuando no quería y ahora tengo que estar en Twitter, donde no estaba, estoy siempre a punto de quitarme pero sigo ahí. No sé cómo hacer eso y seguir haciendo lo que quiero. Me ha tocado vivir tiempos convulsos pero quizás salgo algo importante de todo esto