"Queremos liberar a cientos de mujeres retenidas en Tall Afar como esclavas sexuales"

El antiguo boina verde español ‘Simón de Montfort’, que combate al ISIS en Irak, relata el último ataque yihadista a la base de kurdos y yazidíes en la que está integrado

"Queremos liberar a cientos de mujeres retenidas en Tall Afar como esclavas sexuales"

“Acaba de terminar un ataque a nuestras posiciones que ha durado seis horas, pero hemos conseguido repelerlo. Más de 40 ‘daesh’ abatidos y varias Humvees”. Así resumía un exmilitar español a Estrella Digital, apenas unas horas después de que ocurriera, el último ataque del Estado Islámico a las posiciones de los yazidíes cerca de la ciudad iraquí de Sinyal, donde se encuentra su base militar. 'Simón de Montfort', sobrenombre del exmilitar español que lleva desde enero en Irak, lleva varias semanas en esa zona del Kurdistán iraquí para ayudar a combatir al DAESH.

En el vídeo, grabado por él mismo, se pueden ver y escuchar los disparos que reciben los soldados kurdos y yazidíes, que defienden posiciones con la ayuda de dos voluntarios españoles, un estadounidense y un canadiense, según cuenta Simón. “Estamos cazando al ‘sniper’ del DAESH. Se puede ver la bala que nos disparan y pasa a centímetros de nuestras cabezas”, relata el exmilitar, que formó parte del Ejército de Tierra.

Las imágenes corresponden a una ofensiva que lanzó el Estado Islámico este martes a un centro militar cercano a la ciudad de Sinyal donde 'Simón' está encuadrado con los ‘peshmergas’ (combatientes kurdos) y los yazidíes.

"Me confirman que han sido entre 400 y 500 ‘daesh’ los que han participado en el ataque. Comenzó a las 5 de la madrugada y ha terminado a las 11 de la mañana”, relata el exmilitar español desde el Kurdistán iraquí, donde los ataques del DAESH ‘a la desesperada’ se han intensificado tras el comienzo de una ofensiva de kurdos e iraquíes –apoyados por Estados Unidos- para recuperar la ciudad de Mosul, la segunda más importante de Irak y principal bastión del Estado Islámico. “Ha fallecido un ‘peshmerga’ y 11 están heridos; también dos yazidíes tienen heridas. Es un balance final muy a nuestro favor dada la envergadura del ataque”, concluye.

Como suele ser habitual, las alertas del ataque saltaron cuando advirtieron movimientos en la primera línea del frente. “Cuando va a comenzar un ataque, se ven movimientos a lo lejos, lo que hace que se pongan en guardia las primeras posiciones. Muchas veces son falsas alarmas”, explica 'Simón'. En este caso no lo fue, con lo que siguieron la preparación para el enfrentamiento. “Cuando ya se han puesto en guardia esas posiciones, se alista para el combate y avisan a la base, donde se calibra el ataque y mandan refuerzos si es necesario. Es ahí cuando acudimos al punto caliente”, explica Simón.

En alerta

Aunque este ataque ha sido repelido, en la base en la que se encuentra Simón siguen en alerta. Esperan más ataques. Su unidad no ha tomado parte de la ofensiva para recuperar Mosul, que se desarrolla fundamentalmente por el este y el sur de la ciudad, donde el ejército iraquí ha recuperado varias ciudades en los últimos días. 

Simón irak isis

“Por el momento, estamos defendiendo nuestras posiciones. La ofensiva que tenemos pendiente por nuestra parte pasa por tomar la ciudad de Tall Afar, una ciudad yazidí donde quedan cientos de mujeres secuestradas como esclavas sexuales además de población yazidí”, explica.

Esta minoría, junto con los cristianos de la zona, está abandonada de ayuda internacional”, se lamenta el exmilitar, que pide que lleguen ayudas directas a ambos grupos. “Los peshmergas kurdos los dejaron a su suerte hace justo ahora dos años, cuando se produjo el genocidio famoso. Ahora los yazidíes luchan por poder tener una milicia propia para que no vuelva a repetirse”, cuenta Simón, que se queja de que los kurdos bloquean la llegada de ayuda de EEUU a esa zona. “Faltan uniformes y armamento básico”, se queja, al tiempo que recuerda que, paradójicamente, están bajo órdenes de un general ‘peshmerga’.

En estos momentos, los yazidíes han creado las llamadas Fuerzas de Autoprotección, formadas por unos “8.000 soldados entre fuerzas de emergencia (instrucción básica y disponibilidad de 10 días al mes) y las fuerzas especiales. Además, hay unas 500 mujeres”, explica el exmilitar español, que están completamente integradas aunque no "revueltas".

"Las mujeres forman sus propias unidades; hacen sus propias guardias en accesos (para lo que son muy buenas) o en puestos en el frente. Pero no revueltas con los hombres", explica 'Simón', que pone de relieve el respeto con el que se las trata. "A nadie se le ocurre siquiera mirarlas con propósito de ligoteo ni mucho menos piropearlas o molestarlas. Las ven como sus hermanas y las respetan", sentencia. 

Entrenamiento

La principal función de Simón y otros voluntarios es ayudar a esas fuerzas con el adiestramiento de los soldados yazidíes y kurdos. “Cada día vamos o al campo de entrenamiento a colaborar con la formación de los reclutas. También hasta las propias posiciones del frente o ciudades donde hay destacamentos de los yazidíes donde los formamos en disciplinas de combate o primeros auxilios”, tal y como se puede ver en la página de Facebook Apoyo a Voluntarios Españoles contra el DAESH, en la que publican casi a diario imágenes y vídeos prácticamente desde que llegó a Irak en enero de este año.

'Simón', durante la instrucción.

Simón ha pasado ya por tres “bases” desde que aterrizó en el Kurdistán, donde llegó a través de la asociación francesa Dewk Nawska France, una organización cristiana que gestiona la llegada de voluntarios internacionales. Ha tomado parte en el entrenamiento de otros voluntarios internacionales y participó en la toma de Bashir de manos del DAESH. 

En estos momentos, hay otros 10 españoles en Irak. Sin embargo, según cuenta el exmilitar español, los kurdos están teniendo problemas a algunos de ellos para llegar a la base se encuentra Simón, ubicada en una zona en la que, además de yazidíes, hay cristianos asirios, otra minoría muy hostigada, y con la que Simón tiene mucho en común. Continuará su lucha con la esperanza cercana de poder “asistir a la primera misa en Mosul tras su liberación”.