"En la serie 'Narcos' no se sabe si el prota es Pablo Escobar o James Bond"

El hijo del que fuera el narcotraficante más famoso de la historia es el gran protagonista de 'Escobar al descubierto', el documental que estrena este próximo domingo DMAX, con imágenes y vídeos inéditos y el testimonio también de su viuda 'Tata'. Según él, "por muchos narcos que mates, mientras exista un consumidor siempre habrá dos narcos dispuestos a matarse entre sí por venderle la droga"

"En la serie 'Narcos' no se sabe si el prota es Pablo Escobar o James Bond"

-¿Hay una gran diferencia entre aquel primer documental que hizo en 2009 y los que ahora va a estrenar DMAX?

-Sin duda. El primero estuvo exclusivamente centrado en la búsqueda de la reconciliación y el perdón con sus víctimas, para recuperar los valores perdidos por la violencia y la guerra. El de ahora mantiene el respeto con las víctimas pero abarcamos otros puntos de vista, entrevistando a personas que persiguieron a mi padre, con la intención de dar claridad a hechos que se han prestado a una gran especulación sobre su vida y muerte.

-¿Cómo ha aparecido el archivo gráfico que ahora se muestra?

-Ha sido un milagro porque la guerra nos obligaba a destruir todas la fotos de nuestras casas, por temor a los enemigos de mi padre, porque cuando llegaban a manos de ellos a los pocos días fallecían las personas que aparecían en ellas. Tenerlas era un gran riesgo para nuestra familia y por ello habíamos pedido que se destruyera todo, pero algunos no lo escucharon y eso hizo que sobreviviera en el tiempo en una habitación que nunca nadie descubrió. Había más de 10.000 fotografías que descubrimos después de haber estado 14 años en el exilio. Cuando hicimos el primer documental pudimos empezar a contactar con familiares y amigos que nos iban diciendo lo que habían guardado por si lo queríamos. 

-¿En el caso de 'Narcos', de Netflix, le consultaron a usted a la hora de hacer la serie?

-Yo me ofrecí a colaborar pero ellos decían que sabían la historia mejor que yo y me senté a verla. Escribí un artículo en mis redes sociales que fue muy leído, porque el gran interés que tuvo la serie terminó reflejado en el gran interés de la gente por saber la verdad. La de Netflix es una versión muy hollywoodense y norteamericana de quién era, no sabía si era Pablo Escobar o James Bond. Hemos visto durante años que los norteamericanos ganaban la guerra del Vietnam en todas las películas pero en la realidad ocurrió algo muy diferente. Yo parto de que en la guerras no hay ganadores, solo perdedores, y Colombia ha sido la gran perdedora en todo esto. Los que se fascinaron por la serie entendieron así que de alguna manera había una realidad detrás y deben saber que lo que él hizo es el camino más rápido para perderlo todo. 

-¿Para la familia no era bueno que la gente empatizara con el personaje de Pablo Escobar en la serie?

-Yo estoy muy agradecido con Netflix porque nos ha ayudado a vender muchos libros pero nosotros nunca vimos a Pablo Escobar con los ojos que lo ve Netflix. El gran amor que sentimos por él no nos ha hecho olvidarnos de la gran violencia que causó. Esta historia hay que contarla con un gran sentido de la responsabilidad, porque puedes dañar a muchos o incitar a la violencia. En 'Narcos', por ejemplo, no se muestra una imagen que yo viví con mi padre, en la que nos estamos muriendo de hambre pero teníamos cuatro millones de dólares en efectivo. Pablo Escobar se vende como que era un bandido y cada vez se escondía en mansiones más grandes y bonitas, con muy guapas mujeres y mucho poder, pero no muestran una vida de sufrimiento y que lo ha pasado mal. Mi padre, cuanto más rico era más pobremente tenía que vivir. 

-¿Qué les diría, con sus dos libros y documentales sobre el tema, a los que piensan que usted también está explotando el 'fenómeno Escobar'?

-Primero que creo que yo, como hijo de Pablo Escobar, tengo un poco más de derecho que Netflix o cualquier otro a hacerlo. Es un derecho legal que tengo y al que no tengo por qué renunciar, pero que lo he hecho de una manera responsable. Conozco otras maneras de enriquecerme mucho más rápidas y una de ellas sería adulando y glorificando a mi padre como sabe hacer Netflix mejor que yo. Por eso vendo menos y no he hecho la película ni la serie, porque no me dedico a glorificar a mi padre sino a contar la historia verdadera. Soy arquitecto y vivo de eso y no por ser el hijo de Pablo Escobar. Además, una gran parte de lo que he ganado con esto lo he donado a víctimas y sectores de Medellín donde los jóvenes son vulnerables para caer en bandas criminales que les prometen un futuro en el narcotráfico. Eso sí, si no tiene derecho un hijo a lucrarse con su padre, ¿por qué Netflix sí va a tenerlo? 

-Este miércoles se estrena en Antena 3 'Fariña' ¿No cree que el mundo de la droga sigue teniendo mucho protagonismo?

-Diría algo peor, que sigue creciendo de manera exponencial, tanto de consumidores como de narcotraficantes, ningún país puede decir que va bien en su lucha contra la droga. Es como echar agua al jardín, cada vez crecen más, puedes matar a uno o a todos los narcos hoy y no se acabará el problema. Mientras que exista un consumidor siempre habrá dos narcos dispuestos a matarse entre sí por venderte ellos la droga, porque está dispuesto a pagar mucho por ella. Dije una vez que si comparaba a los narcos de hoy con mi padre, éste parecería pequeño y se me acusó de querer minimizar su impacto y no es así, no quiero disminuir su responsabilidad, pero sí marcar que para lo que él era un gran cargamento de cocaína hoy sería pequeño, y eso que se supone que hay más controles. Mientras haya corrupción el negocio seguirá funcionando. Antes se destruían pistas clandestinas en Colombia y hoy se utilizan los aeropuertos, que no se pueden destruir. La guerra contra la droga es la mejor manera que pueden encontrar los Estados para 'empoderar'. En mi segundo libro cuento cómo mi padre traficó con la DEA durante tres años, cuando se supone que ésta eran los buenos, él no hubiera sido ni la mitad de lo que fue sin la corrupción. Los narcotraficantes tienen tanto margen de ganancia que dejan que las autoridades presenten incautaciones para dar apariencia de que se trabaja bien ante la prensa.

-¿Aboga entonces por la legalización de las drogas?

-Ccreo que en el mundo de hoy las drogas están legalizadas, porque todos podemos acceder fácilmente a ellas. Si pidiéramos pizza por un lado y drogas por otro, el tipo de la droga probablemente llegaría primero. Eso quiere decir que nadie ha logrado detener esa cadena de distribución y pasa en todos los países. Sería más amigo de la palabra regularización porque hoy los jóvenes hoy consumen lo que creen que es cocaína cuando en realidad tiene mil venenos más agregados por el corte, lo que hacen los narcos para aumentar sus ganancias, ya que la agregan hasta vidrio molido. Nadie dice con esto que las drogas son buenas pero las prohibiciones han hecho que sean más venenosas, peligrosas y destructivas. Si estuvieran regularizadas tendríamos menos adictos y menos muertes. Se ha descuidado la auténtica arma efectiva contra las drogas que es la educación y no las ametralladoras. 

-Dicen que su padre ganaba 60 millones de dólares al día. ¿Qué heredó de su padre?

-La papada, las cosas positivas y toda la violencia. Todo el mundo me pregunta sobre dónde está el dinero, y la gran fortuna está en varios manos. La guerra nunca es barata, la violencia cuesta muchísimo dinero, y también el secuestrar a personas. Cuando él murió sus enemigos nos dijeron a mi familia y a mí que nos iban a dejar vivir pero a condición de ser pobres, les teníamos que entregar todo, dinero y posesiones, y se lo dimos para que no nos mataran, aunque les agradecí la posibilidad de empezar de nuevo. El dinero es como la tos, es muy difícil de esconder. Lo peor de todo es que esa cantidad de propiedades que nos quitaron no sirvieron para reparar a ninguna víctima y quedaron en manos de la corrupción. Fue una repartición entre mafiosos.

-¿Se vio en algún momento, antes de morir su padre, como heredero de su trabajo?

-Mi padre siempre me dijo que debía estudiar, no que continuara con el negocio. Cuando un padre ama a su hijo no le desearía esa vida para él y mi padre era así. Me dijo que aprovechara las oportunidades que él me podía dar y que él no tuvo. 

-¿Puede andar libremente por Colombia y Estados Unidos?

-No tengo visado norteamericano, no me la dan por ser 'hijo de'. Yo digo que es porque no cumplo los requisitos, como no soy narco no me dan la visa. Estuve 14 años sin volver a Colombia y cuando lo hice fue con miedo, sentía que me podía pasar cualquier cosa en cualquier lado, pero el intentar descubrir tu propia historia era lo que me movió a arriesgarme. Esa gran cantidad de odio que generó mi padre no desapareció, ahí está todavía. 

-¿Es duro ser el hijo de Pablo Escobar?

-Hasta el día que muera van a intentar perseguirme como si los delitos se heredaran. Yo asumí la responsabilidad moral, pero no puedo asumir la responsabilidad penal por lo que hizo él. Nacimos presuntos culpables por ser familiares de él, pero en esta historia hay mucho dolor y nosotros siempre nos hemos puesto en el último lugar. La peor parte se la llevó Colombia y las víctimas de mi padre, con una violencia sin precedentes en la historia de Colombia. Cuando él tiraba una piedra volvían dos contra su mujer o sus hijos, me tenía que cuidar más que Pablo Escobar porque sabían que a él le hacían más daño haciéndome algo a mí. Tuve la oportunidad de convertirme en Pablo Escobar 2.0 y todos los días de mi vida elegí lo contrario, pero eso parece que no importa, que si soy el hijo estoy condenado pro ello cuando yo he reconocido todos los delitos que ha cometido, incluso alguno que la sociedad ni sabía que había hecho, para ver si desde ahí se podían sanar las heridas como tales. No voy a renunciar al apellido pero la esperanza es que alguna vez la sociedad nos juzgará como individuos y sólo por nuestras acciones. 

.¿Cómo fue Pablo Escobar como padre?

-Contrariamente a lo que se ha dicho, era un papá amoroso que me daba muchos consejos que él no ponía en práctica. Se le recuerda más por las acciones violentas pero como hijo tengo recuerdos positivos. En nuestras charlas incluso me contó hasta cómo se suicidaría, que guardaría 14 balas para sus enemigos y la última para él, y que si yo lo hacía algún día no tenía que dispararme ni en la boca ni en la sien, sino poner la pistola en el oído derecho, como el que él tenía cuando le encontraron.