La última extravagancia de Trump: ser presidente de los Estados Unidos

Tiene una marca de vodka, su propia flota de aviones y una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Lo único que le faltaba al magnate, actor, escritor y presentador de ‘reality show’ Donald Trump era convertirse en presidente de los Estados Unidos. Lo ha conseguido a los 70 años y tras varios intentos de colarse en la política, incluso con el Partido Demócrata.

La última extravagancia de Trump: ser presidente de los Estados Unidos

El nuevo presidente electo de Estados Unidos lleva apareciendo décadas en los medios de comunicación por escándalos y éxitos financieros, polémicas amorosas y, ya en los últimos meses, por una encarnizada lucha hacia la Casa Blanca con propuestas políticas poco habituales en el sistema estadounidense. Una fórmula magistral que le ha convertido en el 45º presidente de EEUU.



Trump lleva presente en la vida pública estadounidense desde los años 70, cuando comenzó a construir su imperio inmobiliario desde la empresa familiar. Pasó de gestionar bloques de apartamentos a comprar hoteles y casinos, lo que le ha llevado a la ruina en varias ocasiones, pero hizo suya la máxima de que para alcanzar el éxito, hay que estrellarse primero.



En 1991, declaró su imperio en bancarrota pero se recuperó a finales de los 90, lo que le ha terminado lanzando a una exitosa vida empresarial. Sus buenos resultados empresariales su personalidad abrieron pronto el mundo de las extravagancias, con su marca personal como sello.



Con sus empresas más conocidas, Trump Organization y Trump Entertaiment, el magnate ha construido edificios, hoteles y casinos con su nombre (hay varios Trump Hotel and Tower por toda la geografía estadounidense, desde lugares como Hawai, Chicago o Tampa hasta la Trump Tower de Manhattan y en otros lugares de todo el mundo).



El empresario inmobiliario, que acumula 3.700 millones de dólares en su haber según la revista Forbes, no dudó en diversificar su negocio en los más variopintos sectores y dejar su impronta en todos ellos. Compró acciones de la Organización de Miss Universo y hasta creó su propio ‘reality show’, ‘The Apprentice’, en el que un grupo de empresarios competían por ganar 250.000 dólares y dirigir una de sus empresas. 



trump avión



Pero no sólo eso. El nombre del ególatra Trump también aparece en su flamante flota aérea. La 'T' inicial de su apellido aparece en su Boeing 757-200, un avión comercial de cuatro pisos de altura, con comedor, pantallas de televisión y varias habitaciones. El magnate también cuenta con un avión corporativo con capacidad para 12 pasajeros y dos helicópteros Sikorsky S-76B. Puede parecer mucho, pero Trump ya fue dueño de una aerolínea con una flota de 17 aviones (una de las empresas que tuvo que vender con su bancarrota de los años 90).



Creó el vodka Trump –cómo se iba a llamar si no- y ha tenido una prolífica obra editorial, con la publicación de al menos 15 libros con claves empresariales para hacerse rico, recuperarse de una quiebra económica o mostrar el camino al éxito. En la mayoría de ellos, su apellido aparece en el título.



Celuloide y revistas del corazón



Trump también ha protagonizado su propio documental (‘Trump, what’s the deal?) y son famosos los cameos que ha tenido en series, como ‘El príncipe de Bel-Air’ o ‘Sexo en Nueva York’, y películas como ‘Solo en casa’, ‘Una pandilla de pillos’, ‘Amor con preaviso’ y hasta en ‘Zoolander’. Trece cameos en total.



Su vida amorosa también ha sido carne de portadas en Estados Unidos. The Donald, un apodo que popularizó su primera mujer, tiene cinco hijos de tres matrimonios, todos ellos con modelos. Las polémicas declaraciones de Trump respecto a la inmigración en Estados Unidos y su intención de deportar a miles de personas chocan de lleno con su vida privada. Dos de sus mujeres son de origen extranjero y, de hecho, su última esposa, Melania Trump -de origen esloveno- se convertirá en la primera dama del país.



Muchos analistas coinciden en que Trump ha conseguido que muchos ciudadanos consigan identificarse con su discurso, por su estilo directo y sin tapujos sobre las realidades que rodean a los estadounidenses. Todo ello, con la base de un extravagante imperio y una marca de sí mismo, que se ha convertido en la fórmula mágica para que más de 59 millones de personas le hayan dado un apoyo que nadie se atrevía a prever.  



Y ha sido bastantes años después de que el gusanillo político le picara. Trump había hablado de candidaturas a la presidencia de Estados Unidos en varias ocasiones en 1988, 2004 y 2012. También para gobernador de Nueva York, de donde es oriundo, en 2006 y 2014. Pero ninguna de ellas llegó a término.